Música instrumental, melodías espirituales. Los músicos de Le Caine viven en Concepción, en el sur de Chile. Los cerros, el frío, la cercanía del mar y los árboles están en "Cijka" -como una realidad ineludible, cotidiana y vital. "Cijka" significa "carta". Y no es en vano decir que el disco me llegó por correo, con una nota de saludos.¿Qué significa hoy, en esta época de Internet, enviar una carta? Ante todo, paciencia y tiempo dedicado al diálogo. Es darle un lugar a la distancia.
Este álbum parece, en este sentido, sugerir más que decir. Y ésto es, precisamente, dar un paso más: Le Caine se arriesga a modular un espacio primordial de quietud, de melancolía y silencio.
"Cijka" es música que viaja, cruza montañas y tiende puentes perdurables -casi como las cartas que los teólogos medievales se enviaran unos a otros, a través de los muchos años y bosques... contando sus experiencias.
Cálido e insistente, de suaves tensiones armónicas.
El arte del disco fue enteramente hecho a mano por los artistas, quienes dedicaron mucho tiempo y cuidado en recortar y pegar los cartoncitos, para hacer la caja, e imprimir el disco. Es un arte parco, áspero, pero también preciosista. Así, también se revelan las once canciones, muchas de largo aliento. Tomas únicas grabadas en el cerro, en dos días. La canción que mejor sintetiza el espíritu de la obra es "1980" -una tejido de melodías de guitarras limpias y crudas, una percusión tribal (de clanes de la Selva Negra) y ecos de la infancia disparados desde viejas cintas-casetes que la madre de Pedro -uno de los guitarristas- grabara y que él recuperó como metáfora y también como vivencia de su hoy.
Escuchar "Cijka" es sumergirse en la melancolía, pero también abrir las puertas de la esperanza. Hace tiempo que deseaba tener un disco así.
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1 comentario:
buenas buenas, bonito ciruelo, estan dulces? saludos consentidos, invitados obvio a la fiesta ya saben, hipolito yrigoyen 968 jueves 10abr 22hs
hasta pronto
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